Beatriz viene casi todos los días cerveza en mano a la Cuesta. Todos los días se pasea por cada mostrador en busca de nada, del encuentro con el libro y con el sol. Cerveza en mano, cree que seria fantástico que hubiese vendedores de cerveza por la cuesta, “que vendiesen pistachos y cerveza, eso es lo ideal”. Comenta que los precios de los libros deberían de estar más visibles para no tener que preguntar los precios como en el Corte Inglés. A Beatriz, no le gusta hablar con la gente, de hecho se pregunta por qué está hablando con nosotros, no le gusta que le hagan fotos, no le gusta interactuar. Beatriz desaparece, es invisible, por un momento no supimos si existía. Ya sabéis la encontraréis cerveza en mano por la Cuesta…