Antonio, que no es de Madrid pero conoce la Cuesta desde hace más de cuarenta años, recuerda que la única ocasión en la que le han robado en Madrid fue aquí, en el año 1972-73, y que fueron unas mil pesetas de la época; pero también recuerda que ese día el librero le regaló los libros cuando al intentar pagar se percató de que le habían birlado previamente la cartera.